Parroquia Altagracia en imágenes

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Desde la Esquina de Altagracia hacia el Sureste.

 

 

Parroquia Altagracia: Se crea oficialmente en el año 1750 y pasa a ser la segunda parroquia de Caracas, en 1889 pierde parte de su territorio al oeste cuando se crea la Parroquia La Pastora.

 

Desde la Esquina de Salas  hacía el Noreste.

 

 

En función del camino que unía a Caracas con La Guaira fue estructurado el barrio de La Pastora, hoy denominado parroquia La Pastora, y erigida en el año de 1889. Este sector formó parte, originalmente, de la parroquia Altagracia. El sector denominado centro tradicional La Pastora se ubica al noroeste del casco central, en la parte alta de la ciudad.

 

El Panteón Nacional

El panteón nacional representa el magno edificio, de carácter sacro, donde reposan los restos del Padre de la Patria, Libertador Simón Bolívar y de los próceres e hijos ilustres de Venezuela.

Se construyó sobre las ruinas de la antigua iglesia de la Santísima Trinidad, consagrada en 1783 cuya edificación duró cuarenta años desde que Juan Domingo Infante a inició en 1744, y se dice que perteneció a la familia Bolívar. El terremoto de 1812 la derribó, reconstruyéndose luego como una pequeña capilla de Bahareque.

En 1821 inicia de nuevo su construcción el ingeniero José Gregorio Solano concluyéndola en estilo neogótico en 1874; Manrique y Roberto García la intervienen bajo órdenes expresas del General Antonio Guzmán Blanco, quien además Panteón Nacional el 27 de marzo de ese mismo año. En el año 1875 fueron trasladado los resto del libertador Simón Bolívar a la edificación.

El 19 de marzo de 1910, el general Juan Vicente Gómez ordena la reconstrucción del panteón Nacional, que habría sufrido daños en el terremoto de 1900. Se encarga de los trabajos al arquitecto Alejandro Chataing quien los concluye en 1911.

La fachada principal está definida por tres cuerpos representados por una torre central, con una cúpula de mayor altura que las torres laterales que la enmarcan. La forma del Panteón al igual que la iglesia de Nuestra Señora del Carmen en Campo Alegre- obedece a un sistemático juego de volúmenes caracterizados por las torres, el pórtico, las naves laterales y el área del Monumento al libertador.

En el interior del Panteón se encuentran el Monumentos al Libertador y los mausoleos construidos en memorias a los Próceres y hombres eminentes de nuestro país. . El monumento a Bolívar de estilo neoclásico, esta conformado por un Sarcófago realizado por Chicharro Gamo, En Madrid, en mármol blanco de Carrara , fue ejecutado por el escultor italiano Pietro Tenerani.

El nave lateral del Panteón se encuentra el Monumento al Generalísimo Francisco de Miranda, de 1896, que junto al cenotafio del General Rafael Urdaneta y el José María Vargas enriquecen el patrimonio artístico del Panteón por la alta calidad con que fueron realizados.

La decoración de los techos fue realizado por el artista venezonalo Tito Salas. Fue decretado Monumento Histórico Nacional. El 13 de Diciembre de 1810

Sitio de Búsqueda: Biblioteca de la UCV/ INCES

Fuente Bibliográfica: Cruz Edgar, 25 Monumentos de Caracas, Ediciones Fundarte. 2000. Caracas, pag. 42-43.

 

 

 Esquina de Veroes

Veroes, Verois o Beroiz, es apellido vasco. Sin embargo llegó a Venezuela mucho antes que la Compañía de Guipúzcoa. Los primeros entraron por Coro, donde hallamos establecido al sargento mayor alférez Antonio de Verois en 1682, quien para esa fecha contaba los cuarenta años. El primer Verois caraqueño fue Don Nicolás Antonio, inscrito como porcionista en el Seminario de Santa Rosa en 1709. En Coro no había colegio superior, y como podemos ver, la familia era ambiciosa en cuanto al futuro de sus vástagos. En tiempos del obispo Valverde ya estaba definitivamente instalada en Caracas la familia Verois. José Antonio Verois fue, primero alcalde de la hermandad, y procurador en 1739, cuando ejercían el oficio de alcalde Agustín Piñango y José de Bolívar.

Se acababan de construir las casas del conde de San Javier y el convento de las Carmelitas, en aquélla época de prosperidad que había inaugurado la Compañía Guipuzcoana. Los vascos se hallaban en su apogeo y jugaban papel preponderante en la vida de la ciudad. Habían hecho florecer los campos con los más diversos cultivos, y con su pujanza transformaban el aspecto geográfico y la economía de la provincia. Aunque a menudo se hallaban ausentes, Francisco y Pedro, miembros de la familia igualmente trabajadores, tenían sus casas en la esquina que se llamó por ellos “de Verois”, que el uso ha cambiado en Veroes.

Poco más de cien metros al poniente, la Compañía había fabricado su sólido edificio que es hoy el archivo General, y en la propia esquina de San Mauricio (hoy de Santa Capilla), uno aún mayor, que años más tarde sirvió para alojar el Parque. El sólido e indestructible edificio que soportó todos los terremotos, fue demolido para fabricar la oficina de telégrafos, hoy sustituido por una apacible plazoleta, cuya presencia se justifica sólo por el hecho de ya existir. Pero Verois también fue procurador, en tiempos del gobernador Felipe Ricardos, el hombre que arrasó la casa de Juan Francisco de León frente a la plaza de la Candelaria, la regó de sal y puso una columna donde estuvo la pared del frente, con una placa de metal en la que se llamaba traidor al Rey.

La laboriosa estirpe vascongada siguió sus actividades agrícolas aún después de extinguida la Compañía Guipuzcoana, pues José Antonio Verois, descendiente del procurador, sacaba azúcar y papelón de sus trapiches de Guarenas y Guatire, a fines del siglo XVIII; y en tal cantidad, que cubría las demandas de la zona y le sobraba para la exportación.

Durante el siglo pasado la esquina de Veroes fue centro de gran actividad. En el ángulo sureste, donde se halla hoy el edificio América, tuvo su casa el activísimo y polémico líder liberal Antonio Leocadio Guzmán. Fue en esta mansión donde se alojó su hijo, el general Antonio Guzmán Blanco, cuando entró triunfante a la cabeza de sus tropas el 15 de junio de 1863, en una Caracas profusamente adornada de banderas amarillas.

En aquél entonces vivía en casa de dos pisos, de padre Sierra a Conde, la familia Rohl, progenitora de ilustres talentos caraqueños. Durante el desfile federal, el niño Rohl se hizo protagonista involuntario de un incidente que ha podido pasar a mayores. Asomado al balcón contemplaba el paso de las tropas vencedoras que agitaban sus pabellones amarillos y daban vivas a Guzmán, cuando de pronto notan, soldados y oficiales, que el niño de apenas siete años llevaba puesto un gorro rojo, distintivo de los godos opositores. En seguida se agita la tropa y pide a grito que desaparezca el símbolo de los odiados opositores; la cuidadora obedece en seguida, retirando de la cabeza del niño el gorro en disputa, pero la madre del muchacho, doña Inés Avendaño de Rohl, goda irreconciliable, con orgullosa entereza, desafía a la soldadesca volviéndoselo a poner. Perdido el control ataca la tropa a la casona y llueven culatazos sobre el antiguo y sólido portón, cuando Guzmán, que ya había llegado a la esquina de Principal, da vuelta a su brioso caballo, calma con enérgico mando a los revoltosos y saludando militarmente al alarmado grupo del balcón, hace proseguir la parada. Al día siguiente, un edecán conduce al niño desde su casa a la de Guzmán, en la esquina de Veroes, donde en lugar de regaños recibió palabras amistosas del caudillo vencedor y un regalo muy simbólico:un canario amarillo.




Biblioteca Nacional

El 13 de julio de 1833, durante la presidencia del general José Antonio Páez, y por decreto del entonces vicepresidente de la República, Andrés Narvarte, nace la primera biblioteca pública en Venezuela, según reseña el portal web de la Biblioteca Nacional.

144 años más tarde, el 27 de julio de 1977, se promulga la Ley del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas (IABNSB). Se ordena la construcción de una nueva sede y se crea la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, empezando por una red para Caracas.

Actualmente la Biblioteca Nacional posee un edificio de 80 mil metros cuadrados que alberga más de tres millones de volúmenes de libros. También incluye la colección de otros tantos ejemplares hemerográficos, documentales y audiovisuales conservados.

 

Algo de su historia

Si bien el primer paso para crear la Biblioteca Nacional surgió en 1810, cuando Venezuela aún era una Capitanía General y dependía de España, tuvieron que pasar muchos años para que se concretara el proyecto. 

Como ocurre en la mayoría de las historias de la creación de las bibliotecas de nuestro continente, la de Venezuela no fue una excepción y su origen y creación coincidió con su historia, la lucha por su independencia y su consolidación como República.

 Además, la biblioteca cuenta con cinco incunables (libros impresos en el siglo XV), de los cuales, el ejemplar más antiguo está fechado en 1471.

En Caracas se divulgó un documento impreso, que data de 1810, cuya autoría se le atribuye a Juan Germán Roscio, en el cual se establece la necesidad de crear una biblioteca pública para difundir los ideales de la ilustración y de los movimientos independentistas que tenían los patriotas, deseando que llegaran también a todo el pueblo.

Pero las guerras de la independencia postergaron la concreción del proyecto de Roscio.

El 4 de junio de 1814 hubo un nuevo intento por parte Simón Bolívar, quien impartió directivas precisas para la creación de una biblioteca pública en Caracas.

 La colección se conformaría con materiales depositados en despachos y oficinas gubernamentales, obras que habían pertenecido a los exiliados realistas, libros prohibidos por la Inquisición y donaciones privadas; además, designó a una persona específica, el patriota Carlos Arévalo, para que se encargara de la recopilación de dichos fondos.

Nuevamente esta tarea quedó inconclusa por los ataques de las tropas realistas.

Casi dos décadas más tarde, durante la presidencia de José Antonio Páez, se dictó el decreto del 13 de julio de 1833 por el cual se estableció la creación de la Biblioteca Nacional de Venezuela.

También dispuso que la mayor parte de las bibliotecas de Venezuela formarían parte de la Biblioteca Nacional: librerías y archivos de los extintos conventos, colecciones de las universidades y colegios actuales y futuros, los libros que ya habían sido reunidos por Arévalo en 1814, y los que en adelante se adquirieran para la biblioteca. 

 

 

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Algunas fuentes usadas:

https://radio.otilca.org/historia-y-rigen-de-los-nombres-de-las-parroquias-de-caracas/  

https://portaldelahistoriadecaracas.blogspot.com/2009/12/el-panteon-nacional.html

https://portaldelahistoriadecaracas.blogspot.com/2010/01/esquinas-historicas-de-caracas-lv.html

https://globovision.com/article/especial-184-anos-de-la-biblioteca-nacional


 

 

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